Nueva Zelanda, por lo general, es un país muy seguro. Tanto que la gente no suele cerrar las puertas de sus casas ni coches con llave y es el destino ideal para moverse haciendo auto-estop. Como en cualquier lugar, no está de más usar el sentido común en cada ocasión y no fiarse de todo el mundo, pero por lo general podemos decir que es un país segurísimo.
2. Playas paradisíacas para nosotros solos.
Increíble pero cierto, aunque sea temporada alta a pleno verano, nos podemos sentir náufragos siendo los únicos que estén disfrutando de una playa de sueño en Nueva Zelanda, si salimos de las rutas marcadas y vamos en busca de las playas no tan famosas.
3. Todo limpio.
La consciencia medioambiental en Nueva Zelanda está muy integrada en todos los sentidos. Nadie deja su basura en lugares naturales y es más, si se encuentran basura donde no toca, el comportamiento habitual de un buen kiwi, es recogerlo aunque no sea su basura. Da gusto andar por la naturaleza y que no haya nada que estropee el cuadro, ¡Qué siga así!
4. Agua gratis.
¡Nos encanta lo gratis! En Nueva Zelanda no se compra agua, en el súper mercado es carísima y la del grifo está muy buena. Lo normal es cargar con tu botellita e irla rellenando. En todos los restaurantes, cafeterías e incluso bares de noche tienen agua gratis para todo el mundo, lo más habitual es que la tengan en jarras en la barra y tú te la sirvas cuando te apetezca, pero también te la traen a la mesa si estás comiendo o tomando un café.
5. La amabilidad de la gente.
Es el país de las sonrisas, todo el mundo te sonríe mientras andas por la calle o cuando entras en cualquier negocio, además tienen un interés real en saber de dónde eres y qué te ha traído a Nueva Zelanda, no te extrañe que te acaben invitando a una BBQ o un paseo en barca si les das un poco de conversación, te ayudarán en todo lo que esté en sus manos.
6. Baños públicos.
Si existe un lugar en el mundo donde los baños públicos estén limpios y SIEMPRE haya papel, ese lugar es Nueva Zelanda. Los baños públicos están por todos lados, en todos los pueblos y en casi todas las playas , algunos hasta tienen duchas 🙂 Algunos pueblos se pelean por tener los baños públicos más originales.
7. Aguas termales.
Nos encantan los spas naturales y en Nueva Zelanda nos encontramos lagos y cascadas de agua caliente por distintos lugares, distintas temperaturas y distintos escenarios.
8. Tiendas de segunda mano.
Second hand shop, Op Shop, Recycling Centre, llámalo como quieras, pero todos los que llegamos a tierras kiwis coincidimos en que nos chifla perdernos por estas tiendas y comprar sacos de ropa por menos de $10, el mobiliario de nuestra nueva casa o todo el equipo de camping. Uno de los motivos por los que no hace falta venir tan cargado a Nueva Zelanda.
9. Campings y huts del DOC.
Son zonas en las que se nos permite dormir, las cuales están facilitadas por el DOC (Department of Conservation). Los campings suelen estar en parajes naturales, no hay ninguna recepción ni nadie que te atienda, simplemente baños y si hay suerte, zona de barbacoa o cocina. Estos espacios tienen un buzón en el que se mete dentro de un sobre la cantidad indicada (Suele variar entre NZ$5 y NZ$10). Los Huts están en las montañas, son refugios en los que se nos permite pasar la noche cuando se hace una caminata larga, en Nueva Zelanda hay más de 950 huts y lo mejor es llamar y reservar tu plaza antes de empezar, así como avisar de que vas a hacer una caminata de varios días.
10. Piscinas públicas.
Se agradece que existan las piscinas públicas en cada pueblo de Nueva Zelanda, suelen ser espacios grandes, el agua está templadita y la mayoría tienen toboganes y zonas de juego, un buen ejercicio para cuando se viaja mucho tiempo en furgoneta y una buena oportunidad para hacerse una deseada ducha 🙂 El precio ronda sobre les NZ$5.
11. Las bibliotecas públicas.
En todos los pueblos de Nueva Zelanda encontraremos una biblioteca pública, suelen ser espacios modernos donde podemos descansar, cargar los aparatos electrónicos si estamos viajando y usar nuestro querido wifi 🙂