Me llamo Gemma y tengo 48 años. Nací en Barcelona y soy restauradora de material arqueológico. Es una profesión preciosa pero muy inestable porque el trabajo es intermitente (solo trabajamos cuando algún museo o yacimiento arqueológico necesita de nuestros servicios). Soy Freelance, así que no tengo una atadura profesional fija, algo que va muy bien con mi personalidad, muy libre e independiente. Esto me permitió, por ejemplo, poder tomar la decisión de venirme 6 meses a Australia.
¿Por qué Australia?
El objetivo era mejorar mi inglés y, aunque evidentemente el Reino Unido me quedaba mucho más cerca, no me gusta nada su clima. Además, me apetecía conocer Australia porque me fascina la cultura aborigen y la naturaleza de este país. Una vez aquí, me di cuenta de que no había sido demasiado realista al querer cumplir mi objetivo lingüístico en 6 meses, así que lo he alargado 4 meses más.
¿Cuánto tiempo llevas en Australia?
Justo ahora cumplo los 6 meses aquí. Me han pasado volando. Por suerte me acaban de aprobar la extensión del visado hasta diciembre. Incluso así, aunque seguro que mejoro mi inglés, no podré conocer la ciudad, ni el país, tan a fondo como me hubiera gustado (entre otras cosas por culpa del COVID-19), pero espero poder volver como turista dentro de unos años. Me da pena porque la experiencia como turista no es nunca tan auténtica como la de vivir en el país, pero realmente no puedo quedarme más. Cuando eres Freelance no puedes desaparecer demasiado tiempo de tu entorno laboral habitual porque te arriesgas a perder los contactos forjados a lo largo de los años.
¡Nunca es tarde para lanzarse a la aventura! ¿Recomendarías algo a la gente de tu edad?
No hay edad para la aventura, los límites los pone sólo uno mismo. Evidentemente para mí era mucho más fácil porque no tengo hijos que me aten, pero puede haber gente de mi edad con hijos ya suficientemente mayores para cuidarse solos. A esas personas les digo que, si sienten que necesitan regalarse un tiempo para ellas mismas, Australia es probablemente uno de los países que ofrece mayor sensación de vida y libertad.
Para mí la experiencia está siendo un auténtico lujo. Evidentemente que el haber encontrado un trabajo bien pagado ayuda mucho, pero sinceramente creo que me sentiría también muy feliz siendo camarera, por ejemplo. Es la calidad de vida que ofrece esta ciudad la que me hace sentir tan sumamente bien (los grandes espacios, la naturaleza cercana, la amabilidad de la gente, la oferta gastronómica y cultural, …).
¿En qué ciudad australiana has vivido?
No me costó demasiado decidir mi destino. Me atrae mucho la naturaleza, pero, dado que no venía en período estival, las grandes ciudades eran las que ofrecían más oportunidades laborales de febrero a agosto. Así que sólo quedaba decidir entre メルボルン y Sydney.
Había leído que Melbourne es la ciudad con más vida cultural del país, que es algo que me tira mucho, pero, como siempre, acabó pesando más el clima, que es más agradable en Sydney. Y por qué no confesar que, como buena amante de la ópera, también me atrajo mucho la idea de vivir en la ciudad donde se encuentra la maravillosa Sydney Opera House.
Por suerte pude ir a ver “Carmen” antes de que cerraran por el virus. Es un edificio realmente precioso. Aunque no se asista a ningún espectáculo, merece la pena visitarlo, o simplemente observarlo desde fuera. Por muchas fotos que hayas visto, cuando lo contemplas en directo en un día soleado, su belleza es increíble. A mí me transmite una gran sensación de paz y serenidad.
¿Qué tal el alojamiento?
Pues fui bastante tonta y no hice caso de la recomendación de YouTOOProject.
Vosotros recomendáis buscar alojamiento una vez aquí, pero me pareció que me iba a salir muy caro. Y pensé eso porque en mi época de juventud (hace casi 30 años), los “youth hostels” no eran como los de ahora, ¡no tenía ni idea de que podías cocinar en ellos! Así que, dado que yo como mucho, pensé que iba a gastar demasiado dinero comiendo fuera si tardaba en encontrar alojamiento definitivo.
Total, que reservé habitación en un piso ya desde Barcelona, para poder cocinar desde el principio. La reservé porque no había muchas habitaciones privadas con baño propio que se ajustaran a mi presupuesto (y yo ya no tengo edad para andar compartiendo los espacios personales). Además, el piso estaba en Pyrmont, uno de los barrios que dan a la bahía. O sea que me pareció que era una oportunidad que no podía dejar escapar.
Pero, una vez aquí, comprobé que el piso no era tan bonito como parecía en las fotos y, sobre todo, que no estaba nada limpio. Así que me tocó empezar de nuevo. Volví a utilizar la misma web (Flatmates) para encontrar mi nueva habitación, pero esta vez teniendo ya la oportunidad de visitar los pisos en directo.
Si eres una persona que, como yo, aprecia el orden y la limpieza, necesitas inspeccionar, a parte de tu habitación, todas las zonas comunes. Si el día que saben que va a venir una visita no está todo en condiciones, difícilmente lo estará algún día.
La segunda casa sí que estaba limpia. El baño era muy pequeño, pero de uso privado, que era una de mis prioridades. Al principio estaba encantada, sobretodo porque estaba en Último (un barrio que queda cerca de todo), pero al cabo de unas semanas tuve que rendirme a la evidencia que me sentía fuera de lugar compartiendo casa con 6 jóvenes. Porque eran realmente muy jóvenes.
Creo que de algunos podría ser no sólo la madre sino casi la abuela. Son franjas de edad tan distintas que es difícil tener cosas en común. Así que empecé a buscar pisos dónde viviera gente de mi edad y, sorprendentemente hay bastante mercado. Son pisos ya mucho más bonitos y, aunque mi presupuesto no era bajo ($320/semana), no era realista seguir soñando con un baño propio. Así que al final renuncié a este requisito y encontré una habitación preciosa en una casa victoriana dónde sólo vivía la propietaria, que era más o menos de mi edad y con aficiones similares a las mías.
Fui muy feliz allí, encantada con mi “flatmate” y enamorada de la casa y de Newtown (probablemente el barrio más cool de Sydney). Tuve la suerte de poder pasar allí el confinamiento, con un jardín trasero maravilloso que hizo que no me importara nada no poder salir mucho durante el período de restricción por Coronavirus.
Cuando decidí que alargaba 4 meses más mi estancia, tuve claro que necesitaba mi espacio (soy capaz de compartir sólo durante períodos reducidos), así que empecé a buscar un mini-apartamento (lo que aquí llaman Studio). Todos los que me gustaban se me iban de presupuesto (porque mi tope seguía siendo $320/week), pero al final apareció una joyita, un Studio minúsculo pero encantador, en Potts Point.
Antiguamente era un barrio marginal (con alta presencia de drogadictos y prostitutas), pero durante los últimos años se ha ido remodelando y ahora está lleno de pubs y restaurantes de moda. Además, me encanta estar a sólo 15min a pie de Hyde Park. Y con mi Studio, disfrutando de una cocina y un baño para mí sola, mi sensación felicidad es ya totalmente absoluta.
¿Qué estás estudiando?
Estudio General English. Estoy en el nivel Advanced, que consiste en un repaso y solidificación de todos los niveles anteriores. Este curso, supongo que, como todos, te va a gustar más o menos dependiendo del profesor. Yo tuve suerte y me tocó uno buenísimo. La semana que viene empiezo en una nueva escuela y esperemos que siga con la misma suerte. Lo único que estoy deseando es que vuelvan pronto las clases presenciales. Quizás es porque yo no crecí en la era tecnológica, pero realmente las clases on–line se me hacen muy pesadas (a causa del COVID).
Es una pasada trabajar de lo tuyo, ¿A que te dedicas y cómo lo conseguiste?
Antes de venir a Sydney estuve investigando si había museos que tuvieran material arqueológico y encontré uno, el Nicholson Museum. Les escribí desde Barcelona, adjuntado mi Curriculum Vitae, por si podía interesarles una restauradora, pero no obtuve respuesta. Una vez aquí decidí insistir. Así que fui a visitar el museo y le pedí a la recepcionista el e-mail del responsable del área de conservación para escribirle a él directamente.
Tuve la suerte de que justamente estaban a punto de cerrar y pasar toda su colección a un nuevo museo, el Chau Chak Wing Museum, y les venía muy bien una ayuda extra para preparar todo el material que se va a exponer allí. Les gustó mi CV y me contrataron para 8 días. Creo que fue una especie de período de prueba. Luego, supongo que les gusté y me pidieron que siguiera hasta que el nuevo museo se inaugure (el 18 de noviembre).
El sueldo es muy bueno, seguramente porque es un museo que depende de la Universidad, pero al haber yo venido inicialmente para un curso de inglés inferior a 6 meses, no tengo derecho a ser considerada “australian citizen for tax purpose”. Esto quiere decir que se me aplica la “higher rate” (36% de impuestos), así que de los imponentes $47/hora brutos que me pagan, me quedan limpios unos $30/hora.
Ahora que he contratado un nuevo curso de inglés, puede que me dejen contar los dos cursos juntos y pase a ser considerada “australian citizen for tax purpose”. Esto supondría que puedo recuperar lo que me han tasado hasta ahora, pero todavía no está claro. De todos modos, aunque no me lo concedan, ni se me ocurre quejarme porque estoy muy por encima de la media de sueldo que ganan los estudiantes aquí. Me siento privilegiada y enormemente agradecida.
¿Con cuánto dinero gastas a la semana en tu ciudad?
Yo gasto unos $600 a la semana, pero porque siempre me ha gustado la buena vida. Soy más de disfrutar que de ahorrar. Supongo que por eso no tengo nada a mi edad. Bueno, nada material. Considero que mi vida ha sido siempre muy rica, plena en sensaciones y emociones, pero supongo que la riqueza es algo subjetivo. Lo natural, o al menos lo habitual, es necesitar un mínimo material (dinero o patrimonio) para sentirse tranquilo. Yo supongo que nací con una tara genética que me permite vivir casi siempre al día. Pero si no has nacido con esta característica, lo recomendable, sobretodo estando en la otra punta del mundo, es venir con suficientes ahorros para minimizar al máximo el nivel de estrés y poder así disfrutar mucho más de la experiencia.
Volviendo a los $600 de gastos semanales, os diré que invierto un poco más de la mitad en vivienda (alquiler+electricidad). El resto se va en comida (ya sea en cosas buenas para cocinar en casa, o bien en take away o en restaurantes el fin de semana). Aquí como fuera de casa más a menudo que en Barcelona. Los precios me parecen bastante asequibles si tenemos en cuenta la calidad de la comida (a menudo excelente). Además, es muy variada, refleja la mezcla internacional que caracteriza al país. En Europa las distintas cocinas del mundo son mucho menos accesibles.
Vamos, que, para los amantes de la comida, como yo, Sydney es El Paraíso (Y, según he oído, lo mismo pasa en Melbourne). Aunque no destaquen en platos propios, creo que los australianos, en general, tienen una muy buena cultura gastronómica. Aprecian la calidad en el comer y el beber. Son, por ejemplo, unos sibaritas en lo que a café y cerveza se refiere. Y todo, a mi parecer, a precios muy razonables.
Para mí, lo más caro es alquiler y transporte. Del alquiler no puedo escaparme, pero del transporte sí, así que lo uso lo mínimo imprescindible. Evidentemente me toca andar un montón, pero me motivo pensando que el dinero que ahorro lo puedo invertir en restaurantes. Y, además ¡andar me ayuda a quemar todo lo que como!
¿Algo que no te guste de Australia?
No puedo encontrar ninguna.
¿Has viajado por Australia? ¿Nos recomiendas algún sitio en especial?
No he podido viajar todavía. Estoy deseando que abran fronteras para conocer Melbourne. Y el lugar al que quiero ir imperativamente antes de volver es Uluru.
Del 1 (mínimo) al 10 (máximo) puntúa:
- Tu inglés al llegar: 6
- Tu inglés ahora: 8
- Tus estudios: 7
- Tu ciudad como destino recomendable: 10
- La gente de tu city: 10
- El estilo de vida: 10
- Tu nivel de felicidad: 10
- Tu nivel de estrés: 0
- La experiencia: 10
Tu opinión más sincera sobre YouTOOProject:
Me sentí muy arropada durante todo el proceso antes de venir y, una vez aquí, aunque no os haya necesitado, es realmente tranquilizador saber que estáis allí.
El grupo de WhatsApp es muy útil y las actividades que organizabais (antes de que llegara la dichosa era del virus) eran geniales. Muy interesantes y siempre a precios maravillosos.
¿Tuviste un Colaborador cuándo llegaste?
Primordial. Es muy importante que cuando llegas haya una persona que te ayude con los trámites fundamentales. Te da una tranquilidad increíble.
¿Qué aconsejas a la gente que acaba de aterrizar en Australia?
Que no desesperen si al principio les cuesta todo un poco. Encontrar piso y, sobre todo, encontrar trabajo, lleva su tiempo. Pero, con un poco de paciencia y perseverancia, todo acaba saliendo. Sobre todo que no pierdan la actitud positiva porque es vital para que el futuro les sonría.
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Para mí, haber podido vivir la época Covid en Sydney ha sido un regalo del Universo.