Has llegado hasta aquí y no ha sido de casualidad. Te has hecho la pregunta de por qué deberías dejar de trabajar y viajar a Australia y nosotros vamos a darte unas buenas razones para ello.
*Nota: antes de seguir leyendo coge un papel y un bolígrafo.
Tu lista de razones para dejar de trabajar
- Porque estás aburrido de tu trabajo.
- Porque quieres aprender inglés.
- Porque quieres vivir una experiencia nueva.
- Porque amas viajar ante todas las cosas.
- Porque siempre has tenido curiosidad de saber qué es eso de «ir al quinto pino».
- Porque quieres aprender a surfear.
- Porque si no es ahora, ¿cuándo?
- Porque Australia es tu sueño.
- Porque necesitas darle un giro a tu vida.
- Porque lo tuyo no es andarte con tonterías, lo tuyo es ir a lo grande.
- Porque quieres buscar trabajo en Australia.
- Porque… (espacio en blanco para que completes la frase)
- Porque…
- Porque…
Tan pronto tengas tu lista hecha con tus motivos, déjala a la vista y preocúpate de leerla todos los días las veces que haga falta. Y es que nadie mejor que tú, puede decirte los motivos por los que deberías dejar el trabajo y viajar.
Todas las respuestas que buscas están dentro de ti. No mires hacia fuera, mira hacia dentro, escúchate y sigue tu instinto. No hay una fórmula mágica, no podemos ser tu oráculo ni te podemos asegurar que todo va a salir como tú te lo esperas.
Lo único que podemos decirte es que confíes en ti y en todo lo bueno que puede llegar a tu vida, que no sea el miedo el que te pare, sino que sean tus sueños y tus deseos los que te cojan de la mano y te arrastren a los lugares más locos, exóticos, salvajes, clandestinos y efervescentes que hayas visto jamás.
Este podría ser el final del post sobre las razones para dejar de trabajar y viajar a Australia… ¡Pero no lo es!
Lo que vas a leer a continuación es tan solo el origen de una historia de tantas. Una historia que empieza aquí y ahora.
7:00 am. Suena la alarma del móvil. Sin pensártelo dos veces la apagas. «Cinco minutos más», piensas. Cierras los ojos de nuevo y te acurrucas de medio lado con la intención de seguir durmiendo. Casi cuando estás a punto de quedarte de nuevo dormid@, vuelve a sonar la alarma, « Fu**! », ahora sí que sí toca levantarse. El reloj ya no da más tregua y tú tienes que enfrentarte a otro día más en tu aburrido trabajo.
Es lunes y aún te quedan cinco días por delante hasta que llegue el sábado. Te levantas de golpe. Ya llegas tarde. Te metes en la ducha pensando en lo mucho que te gustaría dejar de trabajar y poder dedicarte a eso que tanto te gusta. Mientras te enjabonas el pelo, fantaseas en cómo sería dejar el trabajo para viajar a un país muy lejano.
Siempre te llamó la atención Australia. Sus playas, el clima, sus salarios altos, su relajado estilo de vida… Crees que Australia sería un buen lugar al que irte una temporada y sales de la ducha tarareando una canción de Marvin que dice así:
«Ir de flor en flor no está tan mal, lo llaman libertad.
Él no se puede comprometer, un día se marchará
y desde Australia mandará postales en navidad
a los que os quedasteis a vivir un guión…
¡Saludos desde el sol!»
Miras de nuevo el reloj, «ya no me da tiempo a desayunar, ¡genial!» Sales corriendo, se te caen las llaves y en el ascensor te encuentras con tu vecina del tercero. «¿Has dormido bien? Qué carita tienes…» Bajas la vista y sales de ahí sin mediar palabra, de camino al metro te miras en el reflejo de un escaparate.
Tienes ojeras y una mirada triste. Sientes el cansancio de hacer todos los días lo mismo. Vives esperando a que llegue el fin de semana. Ya nada te motiva. Odias en silencio tu trabajo y el mismo pensamiento se repite una y otra vez en tu cabeza: «quiero dejar mi trabajo, quiero dejar mi trabajo…»Entras al metro casi por inercia. Como siempre no hay sitio y tienes que ir de pie. Son casi 40 minutos de trayecto. Te agarras al posamanos, sacas el móvil y abres Instagram. Te dispones a hacer scroll down en el hashtag #trabajaryestudiarenaustralia para documentarte un poco acerca de si tu sueño es viable o no tiene ni pies ni cabeza. Cientos de fotos aparecen ante tus ojos. «¡Wow, qué pasada!», piensas.
Y entonces ocurre algo.
Sientes cómo alguien te da dos toquecitos en la espalda con el dedo. Te giras y aparece ante ti una antigua compañera del trabajo. Tardas en reaccionar.
— ¡Hola, cuánto tiempo! Casi ni te conocía, te ves genial —dices alegremente mientras la miras de arriba abajo— ¿Cuál es tu secreto?
— Acabo de llegar de Sídney. Hace un año que decidí dejar de trabajar para estudiar inglés una temporada. Ya no podía más, empecé a sentir que necesitaba darle un giro de 180 grados a mi vida y me lancé.
— ¡No me digas! Menuda casualidad, justo esta mañana estaba pensando en dejar mi trabajo y hacer algo así. ¿Cómo lo has hecho?
— Buff…es una larga historia —dice entre risas— En realidad fue una amiga que estaba en Melbourne la que me convenció a dar el salto. Todo parecía muy complicado al principio, pero te aseguro que no lo es tanto. ¡Ha sido un año increíble! —te dice con una sonrisa de oreja a oreja— Deberías lanzarte tú también.
— Sí… ¡Ojalá! —dices mientras una mueca de nostalgia se dibuja en tu rostro.
— ¡Hablo en serio! Toma… —te dice a la vez que escribe algo en un trozo de papel— Este es el contacto de las personas que me ayudaron, ¡escríbeles hoy mismo!
— Gracias —respondes, mirándola a los ojos, aunque sin demasiada convicción.
— Oye me alegro muchísimo de verte, me bajo ya en esta parada.
— Vale, yo también me alegro mucho —respondes—. ¡Hasta la próxima!
— See ya, mate! —se despide mientras te lanza una sonrisa divertida.
Durante unos minutos te quedas alucinando y crees firmemente que esa mañana el Universo te está mandando una señal. Pones en Google Por qué debería dejar de trabajar y viajar a Australia» y haces clic justamente en este post. Empiezas a leerlo y acabas haciendo una lista con más de 20 motivos por los que deberías dejar de trabajar y buscar trabajo en Australia.
La lees una y otra vez y te aseguras de dejarla en un sitio muy a la vista.
Sigues leyendo y a medida que avanzas empiezas a sentirte el/la protagonista de esta historia.
El corazón empieza a latirte con fuerza y cada vez tienes más claro qué es lo que quieres hacer.
Pero antes te pica la curiosidad y quieres saber el final de la historia y de su protagonista. ¿Escuchó a su corazón y se lanzó a cumplir sus sueños? ¿O dejó pasar la oportunidad?
¿Y si te dijéramos que TÚ eres el/la protagonista de esta historia y que ahora mismo tienes la oportunidad de escribir las siguientes páginas?
¿Eliges quedarte como estás o eliges lanzarte?
*Si eres de los que eliges dejarlo todo e irte a vivir a Australia, tan solo tienes que «hacer clic» y nosotros nos encargamos del resto.