Cuando antes de llegar a Australia hablas con alguien que ya ha estado allí, lo primero o lo segundo que te dicen, no falla: “Cuidado porque engancha”. Luego sonríes y le preguntas: “¿Por qué?”
La respuesta no te empieza a venir a la mente hasta que estás embarcando en el aeropuerto para salir del país, volviendo a casa. Es en ese momento, cuando te das cuenta de que dejas atrás una diminuta pero intensa parte de tu alma. Que se queda a vivir en Australia para siempre. El principio es duro, no se puede negar. Llegas a casa y como es lógico todo sigue igual. Es una extraña sensación como de “vuelta al cole”, elevada al cuadrado. Los primeros días quizá estarás demasiado ocupado en ver a toda la gente que te espera con millones de preguntas, pero sobre todo con impaciencia. Todos quieren verte “ASAP” (lo antes posible) 😉
Así es, los primeros días se te escaparan palabras, expresiones, puede que incluso aún, y por unos días, en el supermercado, el restaurante, en la tienda de turno te miren asombrados, cuando en vez de hablar de euros, hables de dólares. Al cabo de los primeros días y dependiendo de lo fuerte que te haya dado el efecto Australia, cuando ya la gente se ha calmado y todo parezca que vuelve a su cauce, llega el momento crítico. Empiezas a sentir un vacío en algún rincón de tu interior. Notas que hay algo que no encaja. No sabes por qué, pero hay algo dentro de ti que no está correcto. En tu cabeza, se repite demasiado a menudo el mismo pensamiento; “Echo de menos estar allí”.
Es lógico. Vivir en Australia es una experiencia única. No negaré que no todo es un camino de rosas, pero en general me ha resultado extremadamente difícil encontrar a alguien que me diga que no le gustó su vida allí. Es más, una inmensa mayoría de la gente con la que he hablado, volverían sin lugar a dudas a vivir dicha experiencia. Como dijo aquél: “Todo pasa y todo queda” y es cierto, al cabo de un tiempo se calman las cosas. Pero esa sensación no termina de irse nunca del todo, pues como seres vivos, somos un todo y sin esa pequeña parte, seguiremos incompletos.
Aprendes a saber gestionar esa sensación, a vivir con ella, pero en el fondo, muy en el fondo, sabes que no desaparecerá. Pero aquí viene lo mejor. Esa sensación tiene algo mágico. Es cierto que al principio lo ves como algo negativo, pero con el tiempo aprendes a verla con otros ojos. Entiendes que es la manera que tiene tu cuerpo de estar en conexión, es tu ‘Down Under Connection’. Si en algún momento – y créeme, que lo tendrás – quieres de alguna manera ‘volver’ a Australia, es tan sencillo como abrir esa cajita donde guardas esa sensación, y recordar todo lo que Australia fue mientras estuviste allí, lo bueno y lo malo, como una ventanilla de emergencia por la que puedes volver a respirar el aire australiano.
Un lugar especialmente reservado en tu interior para las largas playas paradisíacas, los canguros, los koalas, los “G’day mate”, el “no worries”, el sol, el océano, las montañas, el desierto, los ‘rainforest’, el carácter Aussie y el slang…
Creo que es importante valorar esa sensación de una manera positiva, pues significa que un día decidiste dar el salto y abrir tus alas a la aventura, y eso es algo a destacar.
Mientras escribo esta reflexión, no dejo de pensar: “Vivir en Australia fue, si no la mejor, una de las mejores decisiones de mi vida, y estoy seguro de que también puede serlo para ti”.
Happy days and no worries!
Guille nos ha enviado esta alucinante reflexión sobre su experiencia en Australia. Como muchos de nosotros nos hemos sentido identificados con sus palabras al volver a nuestro país, hemos querido compartirlas con vosotros.
Además, hemos querido conocer un poco más a Guille y su experiencia en Australia, así que le hemos entrevistado:
Me llamo Guillem, tengo 25 años y soy de Mallorca. He estudiado producción y realización de TV & Cine. Soy un persona decidida, tranquila y amante de la naturaleza. Un enamorado del mar. Por eso hago surf, que es mi momento de desconexión. (Un motivo extra para venirme a Australia).
1. ¿Por qué decidiste emigrar a Australia?
Decidí cambiar mi pequeña isla por una mayor ¡y se me fue de las manos! En verdad, desde que era muy pequeño siempre tuve las idea de visitar Australia. Siempre supe que en algún momento pondría mis pies allí. Y cuando conocí a mi pareja, resultó que ella también quería ir a vivir la Aussie Experience. Así que no hubo mucho más que decidir. Ahorramos todo lo que pudimos durante un año y medio y dimos el salto.
2. ¿Tuviste un COOLaborador cuándo llegaste?
¡Sí! Alex me ayudó muchísimo al aterrizar. Me ayudó a hacerme la cuenta de banco, la tarjeta de móvil, la del transporte público… Me aconsejó sobre dónde buscar piso y me enseñó un poco la CITY, entre otras cosas. ¡Un 10!
3. ¿Qué aconsejas a los que quieren venir a Australia?
Primero de todo, paciencia. Al no estar en tu zona de confort, puede que las situaciones se compliquen y debes mantener la calma. No todo en es un camino de flores ‘Down Under’. Puede que os encontréis con dificultades inesperadas. Lo más importante es buena actitud. Con una buena sonrisa y un carácter amable y decidido, tienes muchísimo ganado.
Por último, que disfruten mucho. Que aprovechen cada paseo, cada viaje o excursión, cada atardecer… Cada minuto en Australia pasa demasiado rápido. No te das cuenta y ya te ves en el avión de vuelta a casa. Así que, seize the day!
4. ¿Qué estudiaste cuando llegaste?
Al llegar estudié un curso de Business durante 3 meses en Sydney. Y luego estudié en el International House Bondi para pasar el CAE.
5. ¿Cuáles han sido tus trabajos en Australia?
Pues la verdad es que no he tenido más que un solo trabajo. El segundo día en Australia, conseguí entrar en un restaurante y ya no me moví, (¡lo tenía a 2 minutos de casa andando!). Los últimos meses hice algunos trabajos como freelanceaudiovisual que es lo mío y la verdad es que no encontré la necesidad de cambiar de trabajo. Al final pude combinar ambas cosas y fue una delicia.
6. ¿Cobrabas bien? ¿Suficiente para vivir?
El sueldo no era todo lo bueno que puede llegar a ser en Australia, pero la verdad es que me daba de sobras para vivir, e incluso ahorrar cada semana. No me cortaba para nada mis planes, ¡podía hacer perfectamente la vida que quería!
7. ¿Cómo es tu día a día y tu vida en Australia?
Los primeros meses, que estuve estudiando en Australia con visado de estudiante el día a día era básicamente levantarme, ir a clase hasta la hora de comer, y luego por la tarde iba a trabajar. Después solicité el visado de pareja y los horarios cambiaron radialmente. Al no tener que ir a clase, todo dependía mucho de los horarios de mi trabajo, los cuales podía elegir semana a semana (menudo chollo…) pero por lo general, me levantaba pronto, me iba a surfear y luego entraba a trabajar. Si por la tarde no trabajaba, tenía tiempo para ocuparme de mis proyectos, meterme de nuevo en el agua o simplemente relajarme.
8. ¿Algo que no te guste de Australia?
Es un tópico, pero es un hándicap muy grande; la distancia. Se hace complicado saber que estás a tantas horas en avión de casa. Es lo único realmente ‘negativo’ de Australia para mi.
9. ¿Tienes contacto con ‘aussies’? ¿Qué opinas de los que conoces?
Tuve contacto con bastantes australianos en mi día a día. Encuentras de todo pero en general son gente muy simpática y abierta. Si pueden ayudar, lo harán. Les gusta la gente de fuera, pero sobretodo les encanta Australia, ¡y les entiendo perfectamente!
10. ¿Qué piensas sobre la fauna y flora australiana?
Es una pasada la cantidad de animales y vegetación que puedes encontrarte a lo largo y ancho del país. Haciendo la East Coast pude ver una diversidad de flora y fauna increíble. Perderse en alguno de los National Park que tienen es la mejor forma de admirar la belleza que ofrece este país. Me encanta el grado de concienciación que tienen en general los Aussiespara con los animales y la naturaleza en general.
11. Si tuvieses al agente de inmigración delante de ti, ¿qué le dirías?
“¿Te invito a una BBQ en mi casa y hablamos sobre mi PR?” (Permanent Visa)
Ningún Aussie diría NO a una BBQ, ¡cae seguro! 🙂